En la adolescencia es una etapa fundamental en la formación de la personalidad, en la etapa de la adolescencia se caracteriza riqueza de vivencias y aprendizajes, ademas la inestabilidad de emociones y sentimientos.
Las consultas de personalidad se dan con frecuencia en personas que tienen dificultades para manejar sus impulsos y temperamento, la cual rebasa el intento de autocontrol y apoyo familiar, y requieren intervención prioritaria. Es decir, la personalidad en los adolescentes se destaca una confunsion y crisis de identidad, no tienen convicciones formadas y se refleja en sus cambios de vestir, peinados, gustos, intereses etc.
La búsqueda de la identidad.
Los adolescentes necesitan desarrollar sus propios valores, opiniones e intereses y no sólo limitarse a repetir los de sus padres. Han de descubrir lo que pueden hacer y sentirse orgullosos de sus logros. El niño logra su identidad mediante un proceso de identificación con los demás, haciendo suyos los valores e ideas de otros.
Los adolescentes, en cambio, han de formar su propia identidad y ser ellos mismos. Uno de los aspectos más importantes de esta búsqueda de identidad consiste en decidir que profesión o carrera desean tener. La confusión de la identidad típica de la adolescencia, los lleva a agruparse entre ellos y a no tolerar bien las diferencias, como mecanismos de defensa ante dicha confusión.
La crisis de identidad.
El adolescente del siglo XXI está inmerso en una crisis de identidad consigo mismo y con el entorno. Por un lado, tiene problemas para encontrarse a sí mismo, demostrarse independiente y con un papel en la sociedad y, por otro, para explorar el mundo exterior y adoptar nuevas formas de pensar y de sentir. En nuestra cultura el joven requiere grandes períodos de preparación hasta incorporarse al mundo laboral y se mantienen en un período de moratoria en el que no es un niño pero tampoco es un adulto y no encaja bien en ninguno de los dos mundo. Nuestros adolescentes viven en esta etapa de una forma indefinida, angustiados, intentando resolver multitud de problemas y buscando su lugar, es decir, buscando su identidad.
Salir del nido, acabar los estudios, encontrar trabajo, independizarse dar los pasos que hacen que una persona traspase la línea entre juventud y madurez nunca ha sido fácil pero en estos momentos de crisis aún es más difícil porque también los jóvenes entre 18 y 30 años, la sufren. Nuestro jóvenes están en crisis y la adolescencia es ahora, tal y como afirma Castells (2009)